lunes, 13 de febrero de 2017

ZAPATILLAS DE CORRER




Las zapatillas deportivas son pieza fundamentales en la carrera, ya que es el elemento principal con el que conecta al aparato locomotor con el suelo.
Gran parte de las lesiones que sufre el corredor vienen determinadas por una elección incorrecta del calzado deportivo o por una mala utilización del mismo.
El podólogo está obligado a entender sobre este aspecto, tanto para buscar la mejor adaptación de sus soportes plantares, como para realizar una buena recomendación al corredor.

Las  causas principales por las que se lesiona el corredor son:
·         Problemas estructurales del aparato locomotor (disimetrías, tipo de pie o de pisada, etc)
·         Error en la técnica de entreno y competición
·         Error en la elección y estado de la zapatilla

Fruto de esa moda a priori tan simple y benévola de “salir a correr”, se esconde el fantasma de la lesión y es ahí donde los podólogos tenemos mucho que decir y que hacer gracias a nuestros tratamientos ortopodológicos aplicados al deporte.
Las Marcas han ido comprendiendo que para correr adecuadamente no era suficiente una buena amortiguación, hacía falta estabilidad en la pisada y poco a poco han ido introduciendo elementos en los diseños de sus zapatillas para favorecer esa estabilidad. Hoy en día nos encontramos con zapatillas para “casi” todos los tipos de corredores y casi para todos los usos.

Las características principales de una zapatilla deportiva tipo running son:
·         Ofrecer protección al pie
·         Ser transpirable
·         Flexible y ligera
·         Cómoda
·         Resistente al desgaste y a la abrasión de la suela

Al correr el pie se calienta, inflama y transpira, es por ello que la zapatilla tiene que tener cierta holgura, entre otras cosas para evitar ampollas y hematomas subungueales a nivel de los dedos.
Los objetivos físicos de la zapatilla running son:
·         Ofrecer amortiguación al aparato locomotor
·         Estabilizar la pisada
·         Mejorar la tracción

Funciones del calzado deportivo:
·         Disminuir el esfuerzo durante el movimiento
·         Evitar fuerzas de impacto sobre el aparato locomotor
·         Proteger al pie durante la carrera
·         Optimizar el rendimiento deportivo
·         Facilitar las necesidades biomecánicas
·         Evitar lesiones
·         Favorecer el gesto deportivo

Desgaste del calzado:
Debido al uso la zapatilla tiene un desgaste, alteración y deformidad obvias, es por ello que una zapatilla tiene una vida útil de aproximadamente 1.000 kilómetros y en sí misma una zapatilla con bastante uso nos dará mucha información si nos atenemos al desgaste de la suela, deformidad del tejido, impresión de la huella del pie sobre la propia plantilla de la zapatilla, etc
Como norma todo corredor desgasta su zapatilla por el borde externo del talón, eso suele ser algo común, pero a nivel de la pala o suela anterior, el corredor neutro realiza un desgaste medio, el pronador por la zona interna y el supinador por la región externa.
La zapatilla de entrenamiento es la que ofrece más protección al corredor, ya que contiene más elementos estabilizadores y de amortiguación, aunque ello también se va a traducir en un mayor peso.
La zapatilla mixta es aquella que está destinada a lo que denominamos entrenamiento de calidad y series, son algo más ligeras y protegen algo menos nuestra aparato locomotor, son las idóneas para competir en corredores de hasta 75 kilos de peso, y para entrenamiento en corredores por debajo de 60 kilos.
Un maratoniano realiza unos 45.000 impactos con sus pies sobre el suelo, multiplicando varias veces el peso de su cuerpo en cada uno de dichos impactos, de ahí la importancia que tiene el concepto amortiguador de la zapatilla para prevenir lesiones por sobrecarga o sobreutilización.

La amortiguación:
El concepto amortiguador de la zapatilla es fundamental, ya que las carreras de fondo, 5000, 10.000 metros, medio maratón, maratón y ultramaratón, así como los rodajes largos, se realizan normalmente sobre asfalto, que es la superficie más dura, superada tan sólo por el hormigón de las aceras.
Los fabricantes suelen utilizar para incrementar el coeficiente de amortiguación, cámaras de aire, gel y EVA de diferente densidad y comportamiento elástico.
Las cámaras de aire pueden ir situadas en el talón, a la vista o embutidas en la mediasuela, en el antepié o cubrir toda la mediasuela, destinada para corredores pesados. La amortiguación estándar de las zapatillas está en torno a los 8 kilómetros de rodaje y para una amortiguación superior, los fabricantes incluyen en la zapatilla, normalmente en la mediasuela, componentes tipo “air” ,son zapatillas cuyo peso oscila entre 280 y 390 gramos.

La estabilidad:
La constituyen principalmente unas láminas planas, delgadas y rígidas, situadas por debajo de la suela a nivel del mediopié y sirve tanto para mantener la integridad de la zapatilla, estabilizar al mediopié y favorecer y dirigir la transición entre el apoyo de talón y el apoyo del antepié.
Suelen ser de fibra de vidrio, kevlar y grafito.

El Control de movimiento
La disposición del hueso astrágalo con respecto al calcáneo nos indica perfectamente hacia dónde debe virar el pie en el momento de apoyo completo o apoyo medio, hacia pronación, por tanto es importante mantener y permitir dichos grados fisiológicos de pronación, entre 6 y 8 grados aproximadamente.
La zapatilla con control de movimiento suele ser tosca, de horma recta o semicurva, ofrece poca flexibilidad y su peso oscila entre los 350 y 450 gramos.
El control de pronación puede ser discreto, medio o alto y dependerá de la dureza de la entresuela, normalmente se distingue por ir coloreado el EVA en color gris, se le denomina poste interno o doble densidad y la intensidad de color es directamente proporcional al grado de dureza.

La Suela:
Sirve como barrera física entre la entresuela y el suelo, proporciona tracción y agarre, ofrece estabilidad y ayuda en la labor de amortiguación de la mediasuela.
En ocasiones para ofrecer una mayor ligereza a la zapatilla, directamente se prescinde de la suela, en cuyo caso es la propia mediasuela la responsable de contactar con el suelo .
ZAPATILLA MIXTA
Son zapatillas híbridas, entre competición y entrenamiento, pesan entre 255 y 311 gramos e ideales para corta distancia. Tienen buenas prestaciones en cuanto a amortiguación, estabilidad, flexibilidad y peso.
ZAPATILLA DE COMPETICIÓN
Son zapatillas extremadamente ligeras, entre 140 y 280 gramos y obviamente ello conlleva una merma en cuanto a las cualidades de amortiguación y estabilidad.
ZAPATILLA TIPO TRAIL
Son zapatillas concebidas para el campo o montaña y contienen por ello una suela con mayor fuerza de agarre, el material del corte es más resistente e impermeable, la puntera va protegida para el roce con las piedras e irregularidades del terreno y por lo general son modelos bastante estables.


Benjamín Casado Mora
Podólogo Experto en Patología del Miembro Inferior y Biomecánica
Toledo
www.podologotoledo.com

 

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