sábado, 12 de abril de 2014

CARACTERÍSTICAS BIOMECÁNICAS DE LOS ISQUIOTIBIALES

    

Lo primero que debemos decir de este grupo muscular es que en principio es biarticular, es decir transcurre a través de dos núcleos articulares: la cadera, y la rodilla, teniendo asignadas funciones opuestas en cada núcleo, es decir este grupo en su acción concéntrica se comporta como extensor de la cadera auxiliando al glúteo (donde esta sinergia es importante en el desarrollo de la técnica correcta de carrera) y flexor de la rodilla. 
En cuanto a su arquitectura en principio hay dos aspectos para prestar atención, su arquitectura de por sí y la forma.
En cuanto a su arquitectura podemos decir que son músculos con una gran longitud de la fibras musculares, esto representa una tendencia a presentar un gran número de sarcomeros en series y una relación fibra muscular/ longitud del musculo media-alta, los que los coloca en situación de ser músculos de gran velocidad de acortamiento y mayor influencia sobre una articulación, por ende en este grupo muscular los sarcomeros en serie( longitud de la fibra) serán determinantes en la función.

Ahora si analizamos conjuntamente la relación longitud de la fibra / longitud muscular y otro parámetro mecánico determinante como es el Área de Sección Transversal Fisiológica ( PCSA), este grupo muscular se encuentra dividido, siendo el semitendinoso un musculo de gran longitud de fibra pero baja PCSA por lo que su arquitectura lo coloca favorable a la velocidad de acortamiento y excusión muscular, pero con bajos niveles de fuerza; por otro lado el bíceps femoral es un musculo relativamente mixto con una longitud de fibra moderada y una PCSA también moderada, es decir que la capacidad de generar fuerza (de acuerdo a su arquitectura) es mayor que la de su compañero el semitendinoso y su característica biomecánica lo coloca en un situación de "relativo riesgo" ya que es el que está en condiciones de soportar la carga excéntrica de fuerza que se produce en la fase final del balanceo en la carrera, a diferencias del semitendinoso que puede activarse en forma veloz y generar un gran cantidad de movimiento pero bajos niveles de fuerza.

Este dato no deja de colocar a los isquiotibiales en su conjunto como músculos con una función, relativa a su diseño, tendiente a la velocidad de acortamiento en contrapartida a los cuádriceps con una función relativa al diseño (de acuerdo a sus características de Long Fibrilar/Long Muscular y PSCA) de generación de fuerza. De todas maneras, como veremos más adelante, las diferencias arquitectónicas dentro del grupo muscular isquiotibial, se correlaciona con los datos epidemiológicos, siendo el bíceps femoral el grupo más expuesto a lesiones en este grupo muscular.

Finalmente desde un punto de vista arquitectónico, son músculos complejos. Para ponerlo en términos simples, los isquiotibiales y en especial el bíceps femoral presentan tendones que se introducen y recorren en gran proporción la longitud muscular. En otras palabras al ser músculos penados ( similares a las plumas de las aves), presentan un gran número de uniones miotendinosas y miofaciales, que representan puntos de anclajes de las fibras musculares y zonas de transición de fuerzas contráctiles a movimiento, reconociéndose estas zonas como de alta tasa de transferencia de fuerzas mecánicas, por ende, este grupo muscular presenta muchas zonas potenciales de ruptura, si tenemos en cuenta que las zonas de transición de tejido contráctil a tejido conectivo son las zonas más plausibles de lesión.

Mecanismo de lesión propuesto

Ahora bien teniendo en cuenta su característica biomecánica y arquitectónica, ¿Cuál puede ser el mecanismo de lesión principal de este grupo muscular, en especial en deportes dependientes de las acciones de sprint?. En este sentido Woods, publicó un interesante trabajo basado en el estudio de la lesión de este grupo muscular y estableció que el mecanismo lesional es en un 91% por acciones de no contacto y dentro de este porcentaje el 57% se producían en situación de sprint o carrera a altas velocidades.
Este hecho está relacionado con la parte final de la fase de balanceo en la carrera en donde los isquiotibiales deben frenar la gran velocidad angular de la tibia para posicionarla para el próximo paso, en situación de extensión de cadera, lo que los coloca en una acción excéntrica importante que se transformara en concéntrica una vez cerrada la cadena de movimiento en la carrera.

Dentro de este grupo muscular, el bíceps femoral es el más afectado. En estudios realizados se demostró que la activación EMG del semitendinoso, semimembranoso y bíceps femoral en esta fase final del balanceo era similar pero que la magnitud del estiramiento para la porción larga del bíceps femoral era significativamente mayor (9,5%) que la sufrida por el semitendinoso (8.1%) y el semimembranoso (7.4%) lo que proporcionaba un mayor cantidad de trabajo negativo sobre el bíceps, interpretándose como un factor de riesgo lesional especifico de este musculo.

Otro dato importantes es el efecto que la velocidad de carrera genera sobre la mecánica del isquiotibial. En este sentido se valoraron en condiciones de laboratorio el pico de estiramiento de la unión miotendinosa del isquiotibial a diferentes rangos de velocidad (80%, 85%,90%,95%100%) observando que esta se mantiene invariante a través del rango de velocidades estudiados. Pero el trabajo negativo de la unidad musculo tendón realizado por el isquiotibial se incrementa considerablemente con la velocidad, a medida que la energía inercial que debe frenar el isquiotibial se incrementa.

Los isquiotibiales presentan entonces la función de absorber y redistribuir la energía cinética de la extremidad oscilante antes del contacto del pie. Debido a que aumenta la energía cinética en proporción a la velocidad al cuadrado, el trabajo negativo realizado por los músculos isquiotibiales se incrementa a una tasa que supera el porcentaje de variación de velocidad.

Conclusión

Parece claro entonces que la problemática creciente que se cierne entorno a esta lesión está relacionada, en principio, a 2 puntos clave:
 1) El creciente desarrollo de la capacidad de realizar esfuerzos de alta intensidad por parte de nuestros deportistas en las competencias y entrenamientos, es decir la capacidad incrementada de transcurrir durante más tiempo y más metros en zonas de alta intensidad y/o sprint.
2) Y por otro lado en la complejidad subestimada que se cierne sobre este grupo muscular. En otras palabras el análisis minimalista y uni-direccionado, tanto anatómico como funcional, que se ha depositado sobre él.
También concluyendo con el interrogante de nuestro blog, está relativamente consensuado en la literatura que el principal mecanismo lesional se ubica en la acción excéntrica de alta velocidad de este grupo muscular en una posición de máxima longitud (estiramiento activo) en la fase final del balanceo de la pierna libre en la carrera y en especial en carreras de alta velocidad.Este análisis es el que permite luego una profundización sobre cuáles son los factores de riesgo que potencian esta condición e incrementan el riesgo sobre este grupo muscular por un lado y cuáles serían las mejores opciones para su prevención por el otro.

Por lo que para una prevención en éste tipo de lesiones, aconsejamos la realización de un exhaustivo estudio biomecánico que nos pueda hacer ver si existe un riesgo potencial de sufrir éste tipo de lesiones.

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